Rosita Quintana: actriz de la época de oro del cine que fue expulsada de la escuela de monjas

La actriz argentina de 93 años emigró a México por una invitación de Jorge Negrete.

Rosita Quintana se convirtió en una estrella de la época de oro del cine mexicano, quien en su juventud fue expulsada de un colegio de monjas por tocar tangos a escondidas.

Carmen Alonso, su abuela, le regaló una guitarra y le enseñó a tocar varios tangos con los que animaba el ambiente por las noches junto a sus compañeras del colegio.

Sus notas retumbaban en aquellas paredes del convento, donde las religiosas se consagraban en Cristo y el día que Rosita fue descubierta, las superiores no dudaron en echarla porque esa música era mundana y sexual.

APROVECHÓ SU TALENTO

Después de salir del colegio de monjas, Rosita aprovechó su talento por la música y el canto y pasó a formar parte del teatro del barrio de Saavedra, cerca de donde vivía.

Gracias a sus presentaciones fue invitada por Rodolfo Sciamarella a trabajar con la orquesta de los hermanos Caro, con ellos cantó tangos en el Teatro Casino.

Fue en ese escenario donde Jorge Negrete la vio y después descubrió que Quintana era una actriz en potencia para el cine mexicano. “A México le debo lo que soy”.

La argentina nacida el 16 de julio de 1925 comenzó a presentarse en el Centro Nocturno El Patio a donde acudían las estrellas mexicanas para disfrutar un buen rato.

SU PRIMERA PELÍCULA

Quintana llegó a México en 1947 y un año después participó en su primera película: La santa del barrio, de Chano Urueta.

Al poco tiempo, Germán Valdés la invitó a una de sus mejores producciones: Calabacitas tiernas. A esta cinta la siguieron Soy charro de levita y No me defiendas compadre.

NO PARECÍA EXTRANJERA

Luego de algún tiempo, Rosita ya se había adaptado al humor mexicano, aquella joven argentina ya no parecía extranjera y se consolidó como actriz junto a Silvia Pinal en sus siguientes películas en las que estuvo al lado de Pedro Infante, Joaquín Pardavé, Julio Bracho y el director español Luis Buñuel, entre otros.

A la par de la actuación, ella continuó con su carrera musical y compuso temas como A los cuatro vientos y Dame un besito.

Cuando la época de oro del cine mexicano llegó a su fin, Quintana emprendió otros rumbos en algunas telenovelas aztecas.

LA DAMA DE AMÉRICA

Rosita, quien era llamada La Dama de América, tuvo un breve romance con José Canet, luego comenzó a salir con el director y productor de cine mexicano Sergio Kogan, con quien se casó y tuvo dos hijos, Sergio Nicolás y Paloma.

Su vida privada y sentimental fue intensa y ocupada. Después de divorciarse de Sergio Kogan, se casó con su secretario Julio Chapira y, algunos años después, con el director de cine Jorge D'Arnell.

En México protagonizó diecinueve películas. Las dos primeras en 1948 y la última en 2005, pero la más conocida fue, sin duda, Susana, carne y demonio, dirigida por Luis Buñuel en 1950.

Era una artista de alto nivel con una hermosa voz y una gran técnica de interpretación, pero, sobre todo, una mujer con una belleza y una jerarquía sin igual.

Finalmente, parafraseando a Aníbal Troilo, Rosita Quintana fue una mujer que nunca abandonó su barrio. Esto lo confirma ella misma en uno de sus poemas: «Tu suelo, mis raíces me llaman cada vez que estoy lejos de ti, mi Buenos Aires».

Quintana fue una extraordinaria artista integral. Siempre se recordará por pertenecer a la mejor etapa que ha tenido la historia fílmica del gran pueblo azteca, donde se destacaron grandes figuras del arte cinematográfico provenientes de distintas partes del mundo.

Rosita poseía una cultura artística única que la convertía en una gran artista.

Trinidad Rosa Quintana Muñoz de Kogan nació en Buenos Aires y es hija Arturo Quintana y María Antonia Muñoz. Ahora, a sus 93 años de edad, la actriz se encuentra en el retiro, recordando sus grandes éxitos en el mundo del espectáculo.

Otra famosa actriz que tuvo una historia increíble fue Angelines Fernández, mejor conocida como la “Bruja del 71” de la célebre serie mexicana “El Chavo del Ocho”.

Su nombre completo es María de los Ángeles Fernández Abad y en 1947, cuando tenía 25 años, dejó su natal España para refugiarse en México. Conoce su historia aquí.